Javier cuenta que para ser instructor cursó una carrera de dos años en Pehuajó, y en el Centro de Formación Profesional tiene un cargo provisional.
Dice que tiene cuatro grupos a cargo, cada uno con nueve o diez personas. Además, de 13 a 15 horas, durante tres días a la semana, están los chicos que pertenecen al Centro de Educación Secundaria Adolescentes y Jóvenes (CESAJ), que dejaron la secundaria tradicional y se los escolariza; entre las materias tienen taller de informática.
La sala del Centro de Formación Profesional está equipada con diez máquinas, una por persona, para que el aprendizaje sea efectivo; y cuentan con servicio de internet.
La mayoría de los que concurren son gente mayor, se dividen por edad y conocimientos que tengan.
El instructor del curso dice que "la satisfacción es muy grande; uno se siente contento porque lo que se enseña se transmite, aprenden. Al finalizar el curso los ven chateando con un hijo que tienen en La Plata, por ejemplo, o leyendo diarios on line, y eso te pone muy contento".
Micheli agrega: "Me pasó que en el CESAJ me encontré con una realidad de chicos que nunca se habían sentado frente a una computadora, y resulta que para uno es algo normal. Fue una experiencia muy gratificante, y al finalizar ya estaban conectados con sus amigos; aprendieron programas, fue muy lindo".